Se
estima que en un futuro próximo el número de trabajadores que cruzan las
fronteras internacionales de sus respectivos países exceda el billón de
personas al año, de esta forma muchas personas se verán expuestas a
enfermedades inmunoprevenibles a que no están expuestos en sus países de
origen. Las infecciones por Salmonella entérica son raras en países
industrializados, aunque plantean serios problemas sanitarios en países con
defectuosas redes de distribución de agua potable. La vacuna para la fiebre
tifoidea se recomienda por la OMS para trabajadores extranjeros en áreas de
endemia (1).
Fiebre entérica originada
por Salmonella typhi y paratyphi.
Estas especies originan en humanos fiebres
tifoideas y paratifoideas respectivamente altamente prevalentes en el sur y
sudeste asiático. Debido a que
clínicamente ambas entidades son muy similares con fiebre persistente,
disconfort abdominal y cefalea, deben ser serológicamente confirmadas. Aunque
la fiebre entérica puede ser tratada con antibióticos, se estima que la
vacunación previa a los desplazamientos a áreas endémicas puede resultar
coste-efectiva. El polisacárido Vi, es el componente capsular de S. typhi que se utiliza en las
formulaciones IM de la vacuna. Los niveles de IgG anti-Vi están fuertemente
relacionados con su eficacia. La inmunización induce seroconversión en mas del
80% de los adultos y en al menos el 70% de los mayores de 3 años. En menores de
2 años esta vacuna es poco inmunógena. La vacuna Ty21a es una vacuna atenuada
de S. typhi Vi negativa formulada
para su administración oral en 3 dosis. Se recomienda su uso a partir de los 5
años. Esta vacuna genera células de memoria y confiere protección del 60-70% a
los 7 años, por lo que se suele recomendar la revacunación cada 5 años si es
preciso hacer desplazamientos a áreas endémicas. Los datos disponibles indican
que la vacuna Ty21a confiere protección cruzada frente S. paratyphi B, aunque no frente a S. paratyphi A. Existe una formulación activa frente a hepatitis A
y S. typhi comercializada con los laboratorios GSK y Sanofi-Pasteur que
utilizan hidróxido de aluminio como adsorbente y se recomienda en una dosis a
partir de los 15 años de edad con una dosis booster a los 6-15 meses.
Se han realizado diversos intentos
de conjugar el antígeno Vi de S. typhi
con la exoproteína A de Pseudomona
aeruginosa o la toxina tetánica o la proteína transportadora CRM197 con
buenos resultados de inmunogenicidad. Algunos autores han comunicado en los
últimos años un aumento de la prevalencia de las infecciones por S. paratyphi A, que no resulta
adecuadamente cubierta con las estrategias de vacunación actuales,
circunstancia que ha sido recogida en diversos comunicados de la OMS que incide
en la necesidad de desarrollar estrategias vacunales efectivas frente a S. paratyphi. Hasta la fecha se han comunicado ensayos con
dos vacunas conjugadas frente al antígeno
O de S. paratyphi A conjugada con
toxoide tetánico que inducían un nivel de anticuerpos con actividad
bactericida, pero que no se incrementaban tras una dosis booster.
En algunos países de África
subsahariano se ha comunicado un aumento de la prevalencia de bacteriemias por
salmonella no typhi que muestran escasos síntomas gastrointestinales a
diferencia de lo que cabría esperar en las infecciones por S. typhimurium y S. enteritidis.
En la actualidad diversos grupos trabajan en el desarrollo de vacunas frente a
S. no typhi utilizando tanto la estrategia de conjugar el polisacárido O y
desarrollar una vacuna oral atenuada.
Dr. Jose Uberos Fernández
Hospital Clínico San Cecilio, Granada
REFERENCIAS
(1) Martin LB. Vaccines for typhoid fever and
other salmonelloses. Curr Opin Infect Dis 2012 Jul 20.
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