La dinámica
de las infecciones en el huésped es un punto clave para conocer la evolución de
las infecciones y la respuesta a antibióticos y vacunas. El futuro de la lucha
contra las enfermedades infecciosas se ve amenazado por la creciente respuesta
evolutiva de los patógenos a los antibióticos, terapias antivirales y vacunas.
Algunas vacunas dan la oportunidad al patógeno de evolucionar, desarrollando
los aspectos que no se contemplan en la vacuna, como puede ocurrir en el
desarrollo de serotipos no vacunales tras la inclusión de la vacuna
heptavalente del neumococo. Estos retos han llevado a algunos investigadores (1),
a considerar nuevos enfoques que se mueven mas allá de la dinámica clásica de
las infecciones, como los estudios de cinética de infecciones que consideran las
células inmunes como sistemas dinámicos, pudiendo utilizarse para conocer
virulencia y persistencia. Estas teorías utilizan el modelo de las tramas
alimentarias que simplifican la relación entre un patógeno y su huésped a
aspectos básicos como son la relación de predación y relación de varios
sistemas vivos por un mismo sustrato energético. Bajo esta perspectiva un
patógeno establece una relación de competición por un sustrato energético con
las células del huésped que se ven privadas de energía con el consiguiente
desarrollo de enfermedad. Aunque cada vez se reconoce mas la necesidad de
conocer las interacciones ecológicas en el huésped, este tipo de estudios no
son frecuentes. La analogía puede establecerse al considerar el cuerpo humano
como un entorno ecológico en el cual patógenos, recursos del huésped e
inmunidad, interactúan. Los autores han observado que pequeñas variaciones en
el entorno del huésped pueden suponer grandes modificaciones en la carga de
enfermedad; así alteraciones en las condiciones del entorno del huésped como el
tabaco pueden suponer un cambio desde la predominancia de cepas no virulentas a
cepas virulentas. La estrategia parasítica es fundamentalmente una estrategia
de consumo, con flujos de energía y consumo de biomasa desde el huésped hacia
el patógeno. El papel del sistema inmune es romper la unión entre el patógeno y
el huésped y en consecuencia parar la pérdida de energía.
Los
resultados expuestos en su trabajo por CL Murall y cols. (1) sugieren que incluso leves cambios en el comportamiento que pueden
alterar el cuerpo humano (por
ejemplo ganancia de peso, fumar) pueden cambiar
las condiciones ambientales de manera
que se podría permitir que una cepa
virulenta predominase en un momento dado y remplazase a las cepas menos
virulentas. Esta visión, permite también
arrojar nueva luz en el control de la enfermedad, y resaltar la importancia de los estudios empíricos longitudinales definiendo diferentes gradientes en las variables de estudio en el huésped.
Dr. José Uberos
Fernández
Hospital Clínico
San Cecilio, Granada
REFERENCIAS
(1) Murall
CL, McCann KS, Bauch CT. Food webs in the human body: linking ecological theory
to viral dynamics. PLoS ONE 2012;7(11):e48812.
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