martes, 28 de octubre de 2014

Vacunación en el paciente pediátrico VIH+ (recomendaciones de la British HIV Association)



La replicación del VIH en el tejido linfoide en etapas muy precoces de la vida, antes de que ocurra la maduración inmunológica y el desarrollo de inmunidad protectora origina alteraciones inmunológicas progresivas y multicomponente que pueden alterar la normal respuesta a antígenos vacunales, dificultando la generación de memoria inmunológica frente a estos antígenos. Los pacientes que reciben TARGA normalizan progresivamente su función inmunológica y la respuesta a antígenos, tanto patógenos como vacunales.  Han existido en el pasado puntos de vista para controversia en relación a la vacunación del paciente pediátrico con VIH. Algunos autores, plantearon que la vacunación podría promover la replicación viral a través de la activación y proliferación de los linfocitos T con liberación de linfokinas, aumentándose el riesgo de progresión de la enfermedad. A este respecto, ensayos clínicos controlados, realizados en adultos, no han demostrado diferencias virológicas en pacientes que reciben TARGA vacunados con polisacáridos neumocócicos y sin vacunar. Otros estudios observacionales, tampoco han demostrado diferencias en la actividad virológica del VIH entre pacientes vacunados y sin vacunar con DTPa (1).
Los niños HIV positivos tienen mayor riesgo de padecer infecciones inmunoprevenibles, la cobertura vacunal en este grupo es subóptima. Un etudio que compara la respuesta vacunal en niños que comienzan TARGA a diferentes edades, demuestra que el inicio precoz del tratamiento origina una respuesta inmunitaria similar a la de los niños no infectados. A efectos prácticos se recomienda comenzar la vacunación, al menos 6 meses después de iniciada la recuperación de los valores de CD4 para la edad del paciente. La respuesta vacunal se ha relacionado igualmente con los niveles de viremia detectable, observándose una disminución de la respuesta vacunal con niveles de viremia elevados.
Toxoides de tétanos y difteria. Los toxoides son seguros en niños inmunocomprometidos. Los niños inm unocomprometidos que inician TARGA, presentan respuestas disminuidas a los toxoides de difteria y tétanos, tanto en magnitud como en duración. La disminución de los títulos de anticuerpos frente a tétanos en pacientes VIH+ pueden ser de 3 a 27 veces mas bajos, a los 3 años, que los pacientes no infectados. El antígeno diftérico es menos potente que el tétanos y  la inmunidad que genera puede disminuir rápidamente. Los niños HIV + deben recibir un booster de vacuna diftéria-tétanos cada 10 años, los títulos de anticuerpos podrían medirse cada 5 años para evaluar los requerimientos adicionales de booster.
Tosferina. Algunos autores consideran que la vacuna de células enteras originaba en los pacientes infectados con HIV, respuestas mas potentes que la actual vacuna acelular. Los datos disponibles en pacientes HIV+ indican que bajos recuentos de CD4 se asocian con escasa respuesta vacunal, mejorando la respuesta vacunal cuando se normalizan los títulos de CD4 y la supresión viral es mayor.
Vacunas conjugadas (Meningococo C, H. influenzae y neumococo). Las vacunas conjugadas de polisacáridos capsulares estimulan la respuesta inmune dependiente de células T, generando memoria inmunológica. Como en el resto de la población general, la vacunación frente a meningococo C requiere de la administración de tres dosis de vacuna en el primer año de vida y un booster a partir del año de vida. La vacuna conjugada tetravalente para meningococo (A, C, Y, W135) esta indicada en todos los pacientes VIH que viajen a zonas endémicas. Los pacientes VIH+ tienen un riesgo aumentado de enfermedad neumocócica invasiva.  Los pacientes VIH+ tienen un riesgo aumentado de enfermedad neumocócica invasiva a pesar de TARGA. Desde el uso de la vacuna conjugada 10 y 13 valente, muchos autores desaconsejan el uso de la vacuna de polisacáridos 23 valente. Existen pocos datos sobre el riesgo de enfermedad invasiva por H. influenzae en pacientes VIH+.
Vacunas de Polio. Los niños infectados VIH+ tienen una hiporespuesta a la vacuna, dependiendo del estado inmunológico. Se recomienda el uso de la vacuna de polio intramuscular.
Vacuna de sarampión, rubeola y parotiditis. Existen suficientes evidencias sobre la seguridad de las vacunas de virus vivos atenuados en niños sin inmunosupresión grave, en los pacientes con inmunosupresión grave, la vacunación debe ser pospuesta.  La vacuna puede administrarse precozmente a los 9 meses de edad, en estos casos deben administrase dos dosis de vacuna a partir del año de edad. La mayoría de los niños reciben la vacuna a los 12-18 meses de edad y una segunda dosis con un intervalo de 1 mes.
Vacuna varicela-zoster. La vacuna de varicela zoster es segura y bien tolerada. La efectividad de la vacuna en pacientes VIH+ es del 82% frente a varicela y del 100% para herpes zoster. Los pacientes de 1 a 18 años seronegativos a varicela deberían recibir dos dosis  de vacuna. La inmunización pasiva con Ig específica varicela-zoster esta indicada en el paciente no inmune, de 96 horas a 10 días postexposición. Si la Ig específica no esta disponible puede utilizarse la Ig intravenosa.
Vacuna hepatitis B. Se recomienda utilizar vacunas con doble carga antigénica (vacuna del adulto). Se recomienda igualmente la medida periódica del nivel de anticuerpos postvacunación.
Vacuna hepatitis A. Un estudio de pacientes VIH+ con TARGA demostró que la administración estándar de dos dosis de vacuna a intervalos de 1 mes origina bajos niveles de anticuerpos con una persistencia limitada. En estos pacientes una tercera dosis de vacuna es segura con incremento de los títulos de anticuerpos.
Vacuna de la gripe. La vacuna de la gripe contiene virus fraccionados y son seguras en pacientes infectados por VIH a partir de los 6 meses de edad. El primer año que se utiliza la vacuna se debe fraccionar en dos dosis, posteriormente podrá administrase en una sola dosis anual. En estos pacientes, a pesar de tratamiento con TARGA efectivo, la respuesta de anticuerpos es mas baja.
Vacuna de rotavirus. Los escasos datos disponibles parecen indicar que la vacuna podría utilizarse en pacientes infectados por VIH, aunque sin signos de inmunosupresión.
Vacuna de papilomavirus. Existe una relación comprobada entre infección VIH y progresión de las lesiones cervicales del papilomavirus a cáncer cervical. Dependiendo de los calendarios vacunales de cada Comunidad, se recomienda la vacunación con el esquema clásico (0, 2 y 6 meses) por encima de los 9 años de edad.
Vacuna BCG. La OMS no recomienda esta vacunación en pacientes VIH+, debido al riesgo de diseminación del Mycobacterium bovis.


REFERENCIAS

  (1)   Menson EN, Mellado MJ, Bamford A, Castelli G, Duiculescu D, Marczy+äska M, et al. Guidance on vaccination of HIV-infected children in Europe. HIV Med 2012 Jul 1;13(6):333-6.

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