El virus de Epstein Barr es responsable de al
menos el 90% de los casos de mononucleosis infecciosa en los países
desarrollados, seguido en frecuencia por el citomegalovirus. El virus de
Epstein Barr se adquiere por vía nasofaríngea a través de secreciones infectadas.
El virus se dirige inicialmente hacia células epiteliales de nasofaringe y
linfocitos B. En estadios precoces de la vida la infección puede ser
asintomática, o presentarse con síntomas inespecíficos, en periodos posteriores
o adultos la infección aguda cursa como mononucleosis infecciosa, con fiebre,
faringitis y linfadenopatías. Aunque la mayoría de los casos de mononucleosis
infecciosa son autolimitados y se resuelven en periodos inferiores a1 mes, al
menos el 10% de los casos presentan fatiga que puede persistir 6 o mas meses. Aproximadamente
el 1% de las infecciones por Epstein Barr pueden presentar complicaciones
graves como encefalitis, hepatitis, anemia hemolítica o trombopenia. Pero
además el virus de Epstein Barr se ha asociado con la aparición de algunos
cánceres, como el carcinoma gástrico, carcinoma nasofaríngeo y linfoma de
Hodgkin. El riesgo de desarrollar una linfoma de Hodgkin es máximo a los 4 años
después de padecer una mononucleosis infecciosa, a partir de ahí disminuye
hasta alcanzar riesgos similares a los de la población general a los 10 años. En
población inmunodeprimida, el virus de Epstein Barr se ha asociado con el
desarrollo de tumores como el linfoma de Burkitt y el linfoma de Hodgkin.
El virus de Epstein Barr presenta una alta
especificidad entre especies y sólo afecta a humanos. Los monos Rhesus son
naturalmente infectados por un linfocriptovirus muy similar al virus de Epstein
Barr con gran homología entre genes. Al igual que ocurre en humanos el virus
puede permanecer latente durante largos periodos de tiempo en animales
infectados y en inmunocomprometidos puede desarrollar cánceres. Un reciente
estudio compara tres diferentes vacunas para ese animal: un antígeno soluble
gp350 (presente también en el virus de Epstein Barr), una partículo virus-like
que expresa gp350 y una combinación de las partículas virus-like con gp350 y
las proteínas EBNA-3A y EBNA-3B. En este ensayo la vacunación con gp350 soluble
resultó mejor con menores niveles de DNA viral en sangre de los animales
infectados. En humanos se han desarrollado muy pocos ensayos clínicos para
evaluar vacunas frente al virus de Epstein Barr. Tan sólo un ensayo clínico en
fase II se ha desarrollado para comparar en 181 adultos seronegativos la
vacunación con gp350 soluble adyuvada con aluminio y MPL-A o placebo. Este
ensayo observa una reducción del 78% en la tasa de mononucleosis infecciosa
pero sin diferencias en la tasa de infección. De modo teórico una vacuna para
la mononucleosis infecciosa podría administrase durante la preadolescencia con
la vacuna del papilomavirus; sin embargo, una vacuna con la que pretendiésemos
evitar los tmores relacionados con el virus de Epstein Barr tendría que
administrarse de forma mas precoz en la infancia.
La proteína gp350 parece ser un inmunógeno
útil en una vacuna frente a la mononucleosis infecciosa, pero se desconoce en
el momento actual si una vacuna que incorpore otros antígenos del virus de
Epstein Barr podría ser mas efectiva para prevenir la mononucleosis infecciosa
y la infección por el virus. El virus de Epstein Barr codifica otras
glicoproteínas que el virus utiliza para neutralizar anticuerpos, asi como
otras proteínas que son receptores para linfocitos CD4 y CD8. No esta claro que
combinación de proteínas podría ser mas útil en el desarrollo de una vacuna que
pretendiese evitar los tumores asociados al virus de Epstein Barr. Los
candidatos podrían ser proteínas del virus de Epstein Barr expresadas en esos
tumores, como las proteínas de membrana LMP1 y LMP2 o los antígenos nucleares
1, 2 y 3.
El Instituto Nacional de Salud (1),
propone una serie de recomendaciones para el desarrollo de una vacuna frente al
virus de Epstein Barr:
·
Se deben desarrollar estudios epidemiológicos
para determinar el coste-beneficio de una vacuna profiláctica frente a la
mononucleosis infeccioso, para ello es preciso conocer mejor la carga de
mononucleosis infecciosa en los países desarrollados y el coste asociado al
proceso.
·
Es preciso desarrollar un estudios en fase
III para determinar si el antígeno gp350 (sin adicionar otras proteínas
virales) es seguro y si definitivamente reduce la tasa de mononucleosis de la
población. Estos estudios podrían servir para evaluar en un seguimiento a largo
plazo los niveles de DNA de Epstein Barr en sangre de los participantes.
Algunos estudios han relacionado niveles de DNA mas altos en pacientes con
formas mas graves de mononucleosis infecciosa.
·
Hace falta mas información para encontrar marcadores
surrogados que permitan evaluar el riesgo de desarrollo tumores relacionados con el virus de Epstein
Barr
REFERENCIAS
(1)
Cohen JI, Mocarski ES, Raab-Traub N,
Corey L, Nabel GJ. The need and challenges for development of an Epstein-Barr
virus vaccine. Vaccine 2013 Apr 18;31, Supplement 2(0):B194-B196.
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